lunes, julio 19, 2010

.En Retrospectiva.

La vida nos presenta con encrucijadas muchas veces durante nuestro paso por ella. Pero sólo algunas logran llegar hasta lo más profundo de nuestra convicción, moviendo todo aquello que parecía estático, desestabilizando todo aquello que parecía invariablemente estable.
Son éstos momentos los que nos hacen crecer a nivel personal, interior, único. Porque nos invitan (o, a veces, nos obligan) a cuestionar todas aquellas situaciones en las que nos vemos inmersos día a día.
Y sufrimos. Porque no hay nada más cruel que dudar de uno mismo, nada más desgarrante que mirar hacia atrás y plantearse distintas alternativas para algo que pensábamos que permitía sólo una solución.
Y ayudan. Ayudan a que no nos quedemos quietos, ayudan a enseñarnos que en la vida todo es cuestionable, y que solamente sabremos si hemos tomado la decisión correcta una vez que hayamos dudado de ella.
Agradezcamos por éstas encrucijadas, que tanto enriquecen nuestras experiencias.